Siempre hay ganas de trasplantar, a mi por lo menos me encanta.
Pero todavía es más apetecible cuando vas a cambiar un árbol de su maceta de cultivo, a una de bonsái.
Este año quise empezar con este shohin al que tengo mucho cariño, y que tiene bastante calidad y futuro.
El año pasado compré una maceta que me gustó mucho y que pensé que le iría muy bien. Es esta
16 cm de largo y 3,5 de alto.
Procedí a sacar el árbol y limpiar de sustrato el nebari. Había tirado muchas raíces, y el sustrato estaba aun suelto ( se puso allí el año pasado ), asi que fue fácil. Daba gusto ver el nebari tan plano y tan bien trabajado.
El caso es que Juan comenzó a poner mala cara, y me dijo en un primer momento que no cabía en mi macetita, asi que probé con otra que tenía, más larga, de Yamafusa. En este caso el problema era más la altura. Era muy bajita, lo que hacía parecerla aún más larga. Tampoco se correspondía, creo yo, con el grosor del tronco en su base.
De la increíble colección de macetas shohin que tiene mi profesor, probamos con una que creo que era la que mejor le iba. Quizá un pelín grande, pero ya me diréis en vuestros comentarios. Aquí van algunas fotos de las pruebas
Antes he de decir que en el arreglo del nebari, se eliminaron unas raíces superiores en el lado izquierdo del árbol, lo que hizo que ganáramos un par de centímetros. De esta manera ya cabía en la mía, pero la duda seguía ahí, sobre todo por el cultivo posterior: si era muy justa habría que tener mucho cuidado en verán, trasplantar todos los años, etc.
En esta primera foto en la craquelada crema, y en primer término la yamafusa
Aquí probando en la Yamafusa
Y aquí la otra. Se me olvidó preguntar el autor, pero era una buena maceta Tokoname, además aunque no se ve en las fotos, tenía ya una buena pátina, algo que no tenían las otras dos, que eran/son, nuevas.
De esta maceta me convencía casi todo: el color,la pátina la altura...Quizá un poco grande, pero el cultivo iba a ser más fácil. Lo que menos me convencía: que tenía dos macetas buenas de mi propiedad, que se quedarían huérfanas, y sobre todo que me tendría que gastar la pasta en esta otra. Y era dinero oiga.
Midiendo bien, la verdad es que la diferencia de tamaño, sobre todo en altura, de ésta comparada con la crema, era muy poca, y teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, me decidí por la mía. Así que a llenar de akadama y kiryu de grano fino, palillear mucho para que llegara a todos lo huequitos, y poner una buena capa de musgo esfagno de protección para los próximos días. Así quedó:
Frente:
Y trasera:
Ahora pasará unos días protegido bajo una plástico, por evitar posibles heladas mañaneras, y listo, a por el siguiente, que espero que la maceta no me de tantos quebraderos como en este caso...
Un abrazo a todos