Escribo este pequeño texto sorprendido y agradecido por la repercusión que tuvo mi anterior entrada, relativa a la muerte de unos de mis proyectos de bonsái.
Mi intención con aquel texto era expresar mi dolor y frustración personal ante ese hecho, y también hacer pública una parte importante de esta afición, y que no es habitual ver en las redes.
No era una denuncia contra alguien ni una queja, sólo el reflejo de un sentimiento.
De lo que no he sido consciente es que un árbol no viene sólo. Está el profesional que me lo ha vendido, el profesional con el que lo he trabajado, con el que hago un seguimiento, etc...
Como sobre esto pueden quedar dudas de lo que expongo en mi anterior entrada, y ante algunas respuestas y comentarios recibidos, quiero reiterar lo siguiente:
-Él árbol llevaba recuperado dos años ( lo digo en la entrada original ) y gozaba de buena salud. Por esta misma razón se llevaron a cabo trabajos escalonados en el tiempo y con prudencia ( incluso exceso de prudencia ante un neófito como yo que lo que quería era avanzar lo máximo posible con el árbol ). Los trabajos no debían haberle causado tanto daño, no sufrió grandes torsiones, ni siquiera se cambió el sustrato ni se hizo trasplante, tan sólo se girí y plantó en su posición. Se puede ver la evolución de los trabajos en otras entradas.
-El profesional con el que trabajo y del que soy alumno hace algunos años goza de muy buena reputación en este mundo nuestro, y por lo que respecta a mi experiencia personal, tengo plena confianza en el y en sus trabajos, así como en su honestidad. Algún comentario ha ido por ese lado, y quizá no he sido lo suficientemente tajante con este tema ¿De verdad existe algún profesional o aficionado al que no se le haya muerto nunca un árbol? Además he de dejar claro que el árbol ha estado siempre bajo mi cuidado, así que yo me coloco primero como responsable de la pérdida del material.
Me parece de justicia hacer estas aclaraciones, aunque creo que un "fracaso" como éste no hace peor profesional a mi maestro, ni me hace peor aficionado a mi.
Por último agradecer a todos y cada uno de los que habéis intervenido en este tema, ya sea por Facebook o por comentarios en el blog.
Un abrazo
Dani, a todos se nos mueren árboles y no todos lo contamos, a veces se van, y no sabemos porque, a veces son pequeñas cosas unidas las que se lo llevan. Otra cosa es cuando el maestro ha querido lucirse y hacer grandes torsiones de las que se sabe que pocos aguantan pero no es el caso. Tu ánimo y no hagas caso, a veces aprovechamos cualquier cosa para atacar a ciertos profesionales. A mí también se me han muerto árboles. Un abrazo
ResponderEliminarAgradezco mucho tu comentario Keisha, efectivamente es como dices. En este caso el profesional es bastante honrado y con los árboles de sus alumnos no se la juega. Yo ya conozco un poco este mundillo y creo que estoy en muy buenas manos, le seguiré llevando mis árboles y yendo a sus clases siempre que pueda, y él quiera 😉
EliminarUn abrazo, y gracias